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Un producto de alta tecnología que permite convertir espacios acristalados, transparentes y a la vista del público, en espacios privados o íntimos, con tan solo apretar un botón.
PDLC son las siglas en inglés de Cristal Líquido Polimérico Disperso. Se trata de una lámina de última generación que se adhiere sobre los cristales y se conecta a la electricidad, permitiendo que las ventanas de diferentes entornos pasen de ser opacas a ser transparentes con un solo clic.
Todos estos componentes trabajando juntos consiguen el cristal opaco que se vuelve transparente instantáneamente. También se puede modular la electricidad que recibe, a fin de que la transparencia del cristal inteligente sea gradual.
Las partículas de cristal líquido, en su estado natural, cuando el PDLC está apagado, se distribuyen de manera aleatoria en el polímero. Al estar desordenadas, la luz del Sol que incide sobre ellas las golpea y rebota, incapaz de atravesarlas. Como resultado, el cristal es opaco. Cuando el PDLC se enciende, estas partículas que reciben carga eléctrica se alinean, dejando una especie de rendijas por las que puede pasar la luz, como en una persiana veneciana. Como resultado, el cristal se vuelve transparente.
El PDLC es la persiana del futuro o, mejor dicho, del presente. Al contrario que las persianas y cortinas tradicionales, una vez instalado pasa desapercibido, activándose con un interruptor o mando a distancia, o incluso mediante un proceso automatizado con aplicaciones para smartphone.
Puede ser utilizado como pantalla de proyección y retroproyección en salas de reuniones o eventos feriales. Y además aporta un plus en diseño a la arquitectura de las estancias en la cual se instala, dotándolas de modernidad y sofisticación.
No. El cristal inteligente PDLC no puede soportar condiciones atmosféricas adversas, tales como la lluvia o el frío extremo, ya que podría sufrir cortocircuitos y otros desperfectos irreparables. El cristal opaco PDLC está preparado para funcionar en interiores.
El cristal inteligente estándar no puede trabajar recibiendo luz directa del Sol, ya que esto aumentaría la temperatura del PDLC hasta superar la recomendada, pudiendo dañar el polímero disperso. E incluso en caso de que no se dañe, puede ir volviéndose amarillento con los años.
El PDLC es adhesivo, como una especie de vinilo, por lo cual se instala adhiriéndolo sobre el cristal. También existen versiones no adhesivas para encapsular entre dos cristales. En ambos casos, se realizan dos conexiones de cables en un extremo de la lámina. Mediante ellas entra la corriente eléctrica que viene desde el transformador.